http://blogs.cooperativa.cl/opinion/economia/20130528171129/la-autocomplacencia-de-pinera/
Sin embargo a Chile
le falta mucho para que el desarrollo logrado llegue a la gran masa de los
chilenos, quienes observan con decepción una pésima distribución del ingreso y
resultados muy pobres en cuanto a la seguridad ciudadana, el orden público, la
delincuencia, la igualdad de oportunidades, las usureras tasas de interés
cobradas a los trabajadores en las tiendas del retail, el sistema previsional, las AFP y las ISAPRES, empresas que muestran utilidades
escandalosas, administrando dineros que le pertenecen a los trabajadores
chilenos, quienes se deben conformar con pobrísimas jubilaciones y una precaria
atención de salud, frente a esas ostentosas ganancias. Sin
embargo a Chile le falta mucho para que el desarrollo logrado llegue a la gran
masa de los chilenos, quienes observan con decepción una pésima distribución
del ingreso y resultados muy pobres en cuanto a la seguridad ciudadana, el
orden público, la delincuencia, la igualdad de oportunidades, las usureras
tasas de interés cobradas a los trabajadores en las tiendas del retail, el
sistema previsional, las AFP y las ISAPRES, empresas que
muestran utilidades escandalosas, administrando dineros que le pertenecen a los trabajadores chilenos,
quienes se deben conformar con pobrísimas jubilaciones y una precaria atención
de salud, frente a esas ostentosas ganancias.
Por otra parte el chileno observa cada vez con mayor
indignación, los abusos que se cometen a diario en la educación, en la letra
chica, en el aumento de comisiones no consentidas, en las tasas de interés que
se les cobra, en los acuerdos espurios de los empresarios quienes logran
grandes ganancias abusando con los precios de los medicamentos y así abusos
tras abusos.
El verdadero desarrollo, al que debe
aspirar Chile como nación, no es el que puede mostrar 20.000 dólares per
cápita, sino que es aquel que sustentado en valores éticos fundamentales,
reconoce que el desarrollo y la economía deben
estar al servicio del hombre y no de los grandes intereses capitalistas de los
grupos económicos nacionales y extranjeros, quienes en definitiva son los
verdaderos dueños de los 20.000 dólares per cápita.
Por otra parte el chileno observa cada vez con mayor
indignación, los abusos que se cometen a diario en la educación, en la letra
chica, en el aumento de comisiones no consentidas, en las tasas de interés que
se les cobra, en los acuerdos espurios de los empresarios quienes logran
grandes ganancias abusando con los precios de los medicamentos y así abusos
tras abusos.
El verdadero desarrollo, al que debe
aspirar Chile como nación, no es el que puede mostrar 20.000 dólares per
cápita, sino que es aquel que sustentado en valores éticos fundamentales,
reconoce que el desarrollo y la economía deben
estar al servicio del hombre y no de los grandes intereses capitalistas de los
grupos económicos nacionales y extranjeros, quienes en definitiva son los
verdaderos dueños de los 20.000 dólares per cápita.
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